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Amar en tiempo de cólera

  • Foto del escritor: DraDufau
    DraDufau
  • 15 ene 2019
  • 2 Min. de lectura

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Suena el despertador, apenas amanece. Es hora de encarar el día, las obligaciones. Prepararse para el trabajo, el estudio o ir al gym para sentirse y verse genial. Los chicos, los deberes, las reuniones con la maestra, el club, el fútbol, danza e inglés, entre mil etcéteras.

Pasó el día, se va ocultando el sol. Llegamos a casa, nos encontramos con los que queremos, con los que comparten nuestro hogar: los chicos, el perro, el gato y la pareja. A preparar la cena, las viandas para mañana, revisar los deberes, colgar la ropa que quedó en la lavadora, lista de mandados para el súper, recordar vencimientos, llamar a “los viejos”, ver que todo está en orden. Y entre todo esto, la pareja… “¿te fue bien en el trabajo? ¿Fuiste al médico? ¿Hiciste lo que te pedí? ¿llamaste a tu madre? Mañana cumple años Sofi, ¿compraste el regalo?”, otros mil etcéteras.

Casi medianoche, los chicos acostados, las puertas cerradas, la alarma activada, los platos lavados, los uniformes planchados, el despertador configurado para las 6am…y la pareja.


¿Qué pasa con nuestra pareja? ¿Qué lugar tiene en tan agitado día? ¿Cómo manejamos nuestro tiempo juntos? ¿Podemos amar en tiempos de cólera?

No resulta raro, que en el contexto descripto anteriormente, aparezcan disfunciones sexuales en la pareja. Entre ellas se destaca el deseo sexual disminuido (baja libido), la anorgasmia femenina, la disfunción eréctil (impotencia) y los trastornos orgásmicos en el varón (eyaculación precoz o retardada). Otra, no tan conocida pero muy frecuente, es la discronaxia sexual: cuando hay distintos ritmos en el encuentro. Todas ellas generan frustración en uno o ambos miembros de la pareja, y así sin darnos cuenta, entramos en un círculo vicioso que es difícil de salir si no solicitamos ayuda, siendo necesario asesoramiento sexual por un especialista.


Yo creo que es posible amar en tiempo de cólera. El amor, la fantasía y el tiempo, son los afrodisíacos más poderosos. Es solo cuestión de encontrarlos, y para ello hay que saber buscarlos. A intentarlo!!!!


 
 
 

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Dra. Vivián Dufau. Sexóloga

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