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Cuando quiero pero no puedo...

Actualizado: 17 nov 2021


Muchas mujeres o personas con vagina padecen, lo que se cataloga en el Manual Diagnóstico de Psiquiatría V (DSM V), de trastornos de penetración por dolor. Dentro de los mismos se encuentran la dispareunia y el vaginismo.

Este último se caracteriza por la contracción involuntaria de la musculatura del tercio externo de la vagina, lo cual interfiere con el coito o penetración vaginal.

Esta es una respuesta aprendida, con frecuencia debida a la presencia de dolor al intentar el coito. Es decir que se produce de modo reflejo, sin el control voluntario de la mujer, por lo que causa confusión y conflicto en la paciente.

Masters y Johnson en 1970, indicaban una frecuencia entre 2 y 3 % de las mujeres en general. Hoy en día se estima que el 1% de las mujeres en edad fértil se encuentra afectadas por esta dificultad, cifra que consideramos por debajo de la realidad de las consultas.

Generalmente, sucede desde el primer intento de coito, por lo que es frecuente que se produzca una renuncia a las relaciones sexuales coitales hasta que surge un deseo de embarazo o un real conflicto en la pareja.

Es importante recalcar que el vaginismo solo configura una dificultad en la penetración vaginal pudiendo no haber alteración en las otras fases de la respuesta sexual (deseo, excitación, orgasmo) tanto individual como de pareja.

Por lo general, la mujer con vaginismo presenta una actitud desinhibida y abierta hacia el sexo y el placer; si bien, en ciertas ocasiones, puede cursarse con cuadros de aversión al sexo o fobia a las relaciones sexuales. De tal manera, existen distintos grados de vaginismo: leve, moderado, grave y muy grave. Desde relaciones totalmente satisfactorias (a excepción de su capacidad de ser penetrada vaginalmente) hasta configurar una fobia o aversión sexual.

Se reconocen causas físicas, que si bien son poco frecuentes, se comparten con las causas de dispareunia: infecciones genitales, alteraciones anatómicas, vulvodinia, etc. Las causas más frecuentes son los factores psicológicos en los que se asocia la intimidad coital con aspectos negativos de la sexualidad, educación sexual restrictiva o inadecuada, tabúes sexuales, temor al embarazo, etc. En el imaginario común se asocia al vaginismo con un evento traumático en la infancia (abuso sexual), no estando siempre presente.

Debemos recordar que el ser humano es un ser integrado, por lo que el encare de esta dificultad debe ser abordado de forma holística.

La mayoría de las pacientes tienen buen pronóstico logrando el coito vaginal con el tratamiento adecuado. El mismo consiste en psico-educación, terapia sexual y eventualmente farmacología, siendo de gran importancia el tiempo de demora entre el inicio de la dificultad y el momento de la consulta.

Si te duele o no puedes lograr una penetración, no dudes en consultarme. Estoy para ayudarte.



1 Comment


Zully Avilalopez
Zully Avilalopez
Apr 26, 2023

Con 64 años nunca me pasó que no puedo tener orgasmo..... hay solución?????

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Dra. Vivián Dufau. Sexóloga

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